INSTITUTO DEL

VERBO ENCARNADO VERBO ENCARNADO VERBO ENCARNADO

PROVINCIA NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

No negociables

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ESPIRITUALIDAD SERIA

Esta espiritualidad seria se manifiesta en el hecho de que nos formamos según la doctrina de los grandes maestros de la vida espiritual como San Juan de la Cruz y otros, y no según espiritualidades vacías que son atrayentes porque están de moda.

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DOCILIDAD AL MAGISTERIO

Nuestras Constituciones determinan –como no podía ser de otro modo– que nuestro fin específico de la evangelización de la cultura se ha de lograr “de acuerdo con las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia”. Y de aquí emana este elemento adjunto al carisma no-negociable que es la “docilidad al Magisterio vivo de la Iglesia de todos los tiempos”. Pues, buscamos en el tesoro del Magisterio de la Iglesia la solidez, la pureza y la norma próxima de la fe que requiere la sublime tarea de evangelizar.

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DEVOCIÓN EUCARÍSTICA

La Eucaristía, en la cual Cristo está real y verdaderamente presente, debe ser siempre el centro de nuestra vida espiritual y apostólica. Cada uno debe ser adorador de Cristo en la Eucaristía y promotor de la adoración eucarística y de la Santa Misa. Nuestro obrar, de hecho, debe dirigirse a atraer las almas a Él.

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Misa de Votos Perpetuos

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DEVOCIÓN MARIANA

Según el artículo 4 de nuestras Constituciones, que expresa el carisma propio del Instituto, nos confesamos como “esencialmente misioneros y marianos” y manifestamos que es firme nuestra resolución de trabajar “en suma docilidad al Espíritu Santo y dentro de la impronta de María” “para prolongar la Encarnación en todas las cosas, haciendo un cuarto voto de esclavitud mariana según San Luis María de Montfort”. “De modo tal que podemos decir que nuestra espiritualidad se deriva de la Persona del Verbo y de su Madre”.

Por tanto, la devoción a la Madre del Verbo Encarnado se convierte naturalmente en un elemento esencial y no negociable del Instituto. Pues −como muy acertadamente señala nuestro Fundador− es algo que “no puede perderse sin grave perjuicio de nuestro carisma”, y que se convierte, además, en “fuente perenne de fecundidad sobrenatural para nuestra pequeña Familia Religiosa”.

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Seminarista recibiendo el lectorado
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Santa Misa de lectorados y acolitados

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VISIÓN PROVIDENCIAL DE LA VIDA

En un mundo que se agita por rodearse de seguridades humanas, que se afana por huir del sufrimiento y sólo persigue placeres, que explora las ciencias por la promesa de que le asegurarán el mañana, que concibe la vida y la misma felicidad como hechura de sus manos…

Nosotros, los miembros del Instituto del Verbo Encarnado creemos que Dios camina junto al hombre

Es decir, “Dios que, como Padre omnipotente y sabio está presente y actúa en el mundo, en la historia de cada una de sus criaturas, para que cada criatura, y específicamente el hombre, su imagen, pueda realizar su vida como un camino guiado por la verdad y el amor hacia la meta de la vida eterna en Él”. Creer en Dios y creer en su Providencia son actos inseparables.

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OBRAS DE CARIDAD

En una sociedad en la que la ciencia y la tecnología avanzan vertiginosamente, y no obstante el desarrollo social e industrial que permea grandes sectores de la sociedad, aún perduran la pobreza, el dolor, la enfermedad, el sufrimiento físico y moral, la falta de sentido y la soledad, engendrando así nuevos pobres; el Instituto todo, cual otra prolongación de la Encarnación del Verbo, quiere dar “testimonio de que el mundo no puede ser transformado ni ofrecido a Dios sin el espíritu de las bienaventuranzas”.

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ESTUDIO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

San Juan Pablo II escribió: “La filosofía es como el espejo en el que se refleja la cultura de los pueblos”. Por tanto, el estudio de la filosofía es para nosotros –dedicados específicamente a la evangelización de la cultura– de singular y eminente relevancia. Así lo señalan nuestras Constituciones donde se lee que la “filosofía es la que nos lleva a un conocimiento y a una interpretación más profunda de la persona, de su libertad, de sus relaciones con el mundo y con Dios […] frente a una situación cultural del todo particular, que exalta el subjetivismo como criterio y medida de la verdad”. De tal modo que a nosotros, religiosos y misioneros del Verbo Encarnado, nos incumbe necesariamente el tener una “certeza de la verdad”, la cual viene dada sólo por una sana metafísica y fundada en la realidad objetiva de las cosas.

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PUESTOS DE AVANZADA

El Navega mar adentro pronunciado por el Verbo Encarnado a orillas del lago de Genesaret y cuyo eco resuena místicamente desde entonces, ha sido acogido a lo largo del arco de los siglos por incontables almas que tomando en serio las exigencias del Evangelio se disponen a morir, como el grano de trigo, para ver a Cristo en todas las almas y en todas las cosas. Entre ellos tenemos la dicha y el privilegio de querer ser contados los miembros del Instituto del Verbo Encarnado que hoy nos encontramos predicando el Evangelio esparcidos en todos los continentes y en muchos lugares denominados “destinos emblemáticos”.  

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LA VOCACIÓN AL SERVICIO DE DIOS

DEVOCIÓN EUCARÍSTICA ESCLAVITUD MARIANA DOCILIDAD AL MAGISTERIO ESPIRITUALIDAD SERIA

Nuestro Escudo

LA ESPADA: Nuestra misión es predicar: «Tendrán en sus boca la espada de dos filos de la Palabra de Dios»

LAS LETRAS: Quieren decir «Verbum caro Factum Est» (El Verbo se hizo carne), por que somos la Familia Religiosa del Verbo Encarnado.

LAS 3 LLAMAS: Son los tres consejos evangélicos que profesamos al consagrarnos (votos de pobreza, castidad y obediencia).

LA FLOR DE LIS: Significa nuestro cuarto voto de consagración a la Virgen María en Materna Esclavitud de amor.

LA CRUZ ROJA: Toda obra toma su fuerza de la sangre de Cristo derramada por nuestra redención.

EL FONDO BLANCO: Símbolo de la pureza de todas las obras hechas sólo por Dios.

LA CORONA: Representa la realeza de Cristo.

EL ROSARIO: Es nuestra devoción a la Virgen María, su maternal protección, su presencia en nuestras vidas y en las obras apostólicas.